A pesar de que tu sueldo no te permita llegar de manera holgada a final de mes, existen maneras para mejorar tu situación financiera y conseguir ahorrar una parte de éste.
En gran medida, se trata de adecuar algunos hábitos de conducta que hemos podido adquirir con el tiempo y que no somos conscientes de la repercusión que tienen en nuestra economía doméstica.
En primer lugar, deberás analizar tu situación económica actual, ser consciente del punto de partida.
Para ello, te propongo realizar el siguiente análisis:
a) Hazte con un extracto bancario de tu cuenta correspondiente a los tres últimos meses.
b) A partir del extracto podrás analizar todos los ingresos y los gastos en que incurre cada mes. Además, al disponer de tres meses de movimientos podrás tener en cuenta también, las facturas que recibes bimensualmente.
c) A raíz de este análisis podrás clasificar entre ingresos fijos e ingresos variables (si los hubiera) y gastos fijos y gastos variables. Ten en cuenta, que los gastos variables son los que te serán más fáciles de ajustar (compras, ocio, caprichos, etc.).
d) Durante este proceso detectarás varios tipos de gastos:
d.1) Gastos “hormiga”: suelen ser gastos pequeños, que se producen de manera inconsciente y que suelen repetirse con facilidad, a veces simplemente surgen sin estar planificados. Se trata de gastos como una comida espontánea, un café a media mañana, unas iglesias, ir una tarde al cine,… Estos gastos aun siendo pequeños se van acumulando ya final de mes pueden suponer una importación considerable.
Existen estrategias para no incurrir en ellos, como preparar en casa una comida apetitosa y diferente en lugar de salir a comer, llevarse de casa infusiones o café para media mañana, y dejar las salidas para un día del fin de semana. Recuerda que como en casa no se viene en ningún sitio, evita los restaurantes como costumbre y cuando vayas, planifica y busca ofertas, descuentos o promociones.
d.2) Gastos “fantasma”: son gastos en que incurrimos mensualmente sin darnos cuenta, como pueden ser suscripciones o cuotas, que tenemos domiciliadas en nuestra cuenta corriente. De este modo se cargan automáticamente y ello conlleva que no seamos muy conscientes del coste total que suponen.
En estos casos debemos valorar si hacemos uso de ellas y si podemos o debemos prescindir, en función de nuestra situación económica y de lo que nos hayamos propuesto ahorrar.
Una vez hecho este ejercicio, podremos analizar y sopesar varios aspectos de nuestras vidas y de nuestros hábitos que a final de mes nos suponen no poder ahorrar, incluso en algunos casos, no llegar a fin de mes.
A partir de este momento, estaremos preparados para configurar un presupuesto anual, teniendo en cuenta los ingresos que obtendremos mes a mes, los gastos mensuales innegociables, y los gastos que deberemos incurrir una vez al año, como son, por ejemplo, las cuotas de seguros del hogar, del coche, etc.
Una vez hayamos llevado a cabo los puntos comentados previamente, será más fácil establecer el objetivo de ahorro mensual que debemos lograr, no sólo para cubrir los gastos anuales que aparecen en el peor momento, sino que seamos capaces de ahorrar y disponer de un remanente que nos proporciona cierta estabilidad a largo plazo o bien que nos permita, por ejemplo, poder amortizar la deuda en períodos de tipos de interés al alza.
Existen muchas maneras de reducir nuestros gastos mensuales sin que sean gravemente perceptibles en tu día a día. Sin embargo, estas pequeñas acciones suman a final de mes y consecuentemente afectarán de manera positiva a su salud financiera.
A continuación, te muestro algunas de ellas:
- La cesta de la compra: Si has realizado un buen análisis de tu extracto bancario, habrás observado que uno de los principales gastos en los que solemos incurrir, es la cesta de la compra.
Para reducir esta importación, existen varias estrategias que te pueden ayudar como son:
- Piensa menús sencillos para toda la semana y confecciona la lista de la compra en función de los ingredientes que necesites. Procura comprar las cantidades justas para elaborar el menú confeccionado, así evitarás tirar alimentos.
- Analiza tus facturas del supermercado, si consume productos de primeras marcas, puedes optar por buscar alternativas de menor costo. Si habitualmente compras productos que no son de primera necesidad, plantéate reducirlos y verás el impacto que tiene en el total de la factura.
- Procura no hacer a compra con sensación de hambre pues el cerebro es traicionero y nos suele inducir a la compra compulsiva sin talento.
- Las tarjetas de fidelización y de descuento pueden ser de gran ayuda.
- Las facturas de suministros: En primer lugar, deberás analizar qué te ofrece tu proveedor de servicio, qué te ofrece la competencia, y cambiar de proveedor si fuese necesario.
Una vez estés seguro de que el proveedor que tienes es el que mejores condiciones te ofrece a ti, deberás revisar algunos usos y costumbres del hogar:
- Luz: Verifica que tus bombillas sean LED, si no lo son, valdrá la pena invertir en ellas ya que resultan más eficientes y tienen una mayor durabilidad que las convencionales. Trate de apagar los dispositivos electrónicos cuando no estén en uso, pues si quedan enchufados, siguen consumiendo.
- Calefacción: Verifica puertas y ventanas, que cierren bien, en caso contrario trata de sellar las juntas con un producto especializado que encontrarás en cualquier tienda de bricolaje. Valora la posibilidad de apagar la calefacción de las estancias que no se utilizan y sólo encenderla cuando se vaya a utilizar.
- Carburante: Si tu gasto mensual destinado al consumo de carburante resulta muy elevado, plantéate utilizar el transporte público o compartido, en la medida que te sea posible.
- Otros Servicios: Comunica con tus proveedores de seguros para tratar de renegociar tus contratos, con el objetivo de reducir las cuotas anuales o bien, plantéate cambiar de compañía.
En cuanto a estrategias bancarias, procura no solicitar financiación para incurrir en gastos (experiencias), tenlos en consideración para adquirir activos con los que puedas obtener alguna rentabilidad futura (inversiones en inmuebles u otros activos) pero recuerda que los intereses que generan los préstamos pueden comprometer seriamente tu situación financiera y por consiguiente tu nivel de ahorro. En este sentido, evite las tarjetas de crédito o fije un límite ajustado a sus necesidades de consumo (previamente ajustadas).
Establece unos objetivos de ahorro que sean importantes para ti y relaciónalos un horizonte temporal concreto, ya sean la compra de una vivienda, los estudios de tus hijos, tu jubilación o la compra de un coche, o simplemente un remanente de seguridad para posibles imprevistos. En ocasiones, suele ser de gran utilidad, configurar una transferencia mensual desde tu cuenta corriente a una cuenta de ahorro (depósitos a plazo, planes de pensiones u otros productos de inversión). Ten en cuenta que los intereses que proporcionan estos productos pueden ayudarte a alcanzar tus objetivos, así que cuanto antes tomes la decisión, ¡mejor!
En tu tiempo libre, se trata de buscar actividades gratuitas, subvencionadas por el ayuntamiento o de bajo coste, seguro que vas a descubrir muchísimas opciones.
Vende todo aquello que tu no utilizas y que creas que puede tener una segunda vida. N no se trata sólo de reducir los gastos sino de generar ingresos, en la medida de nuestras posibilidades.
Seguro que, llevando todos estos consejos a la práctica, de manera disciplinada y metódica, vas a conseguir ahorrar más de lo que te podías imaginar.
Artículo publicado en:
https://www.eleconomista.net/economia/Como-ahorrar-si-el-dinero-no-nos-sobra-20230314-0010.html
https://www.laprensagrafica.com/economia/Como-ahorrar-si-el-dinero-no-nos-sobra-20230314-0005.html
https://viruji.andaluciainformacion.es/ahorrar-dinero-no-nos-sobra/
https://www.lostiempos.com/oh/actualidad/20230320/como-ahorrar-si-dinero-no-nos-sobra
https://www.tabascohoy.com/aprende-ahorrar-aunque-no-te-sobre-dinero/
